martes, 7 de diciembre de 2010

Esta vez no volveré a perderte una vez más.

“¿Qué es lo que te da ella?”
¿Cuántas veces me han preguntado eso? ¿Cuántas veces me lo pregunté yo a mí misma? Miles, tal vez millones y siempre tenía la misma respuesta amarga, dura y directa: nada.
Ella no me daba nada, nunca me lo dio y nunca me lo dará. Y he aquí el acto más sensato que podía hacer…
¿Por qué debería darme algo? ¿Por qué exigirle algo? La verdad es que no me tiene que dar nada, absolutamente nada. Simplemente… tiene que compartir, como siempre lo ha hecho.
Porque ella comparte su tiempo conmigo, hace que vivamos momentos juntas, me regala su sonrisa con la mía y creamos risas flojas que no se pueden parar por culpa de sus tonterías. ¿Para qué pedir más?
¿Y es que para qué quiero que me de cosas? ¿Para así hacerlas mías? Tarde o temprano dejarían de ser especiales o me aburriría de ellas por ser parte de mí como todo lo demás que poseo, y no, quiero poder recordar la diferencia de su fragancia en cada pequeña parte de mi vida siempre.
Así que prefiero que siga así, sin darme nada para poder obtenerlo todo, juntas, compartiendo.

Y de la misma forma, ella es la única que nunca me ha pedido nada. No me exige mi tiempo, ni mi compañía, ¿para qué? Sabe que siempre tiene ambas cosas por mucha distancia que experimentemos o a pensar de todos esos silencios soportados. 
¿Por qué? Porque está llegando a comprenderme…

¿Entiendes ahora las gracias?
Era necesario todo esto para llegar aquí y ahora, era necesario para poder disfrutar de este inacabado final.

1 comentario:

  1. Siempre hay alguien que es más importante que el resto, ya sea porque te da lo que no te ha dado nadie más, o tal vez por caprichos del destino, el caso es que es aún más especial que los demás, y por ello, es necesario que esa relación nunca muera.

    Espero que te vaya todo bien.

    Besos.

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