sábado, 28 de abril de 2012

No quise hacerte preguntas el día que te tenía más cerca que nunca.

De pronto sintió algo tras ella, y no necesitó volverse para saber que él estaba echado a su lado. Incluso sintió su brazo rodeándole la cintura. No lo notaba como algo corpóreo, sino como una cosa parecida al roce de la brisa, a la calidez de un rayo de sol, a la frescura de un día de lluvia. Sin embargo, la reconfortó infinitamente. Suspiró y se acurrucó junto a él. No podía tocarlo, pero podía sentirlo y toda su alma respondía ante aquella presencia. 

— No me dejes sola — suplicó en un susurro —. No me dejes nunca.

— Nunca — prometió, y su voz sonó muy cerca del oído de ella, en lo más hondo de su mente y en lo más profundo de su corazón.

sábado, 7 de abril de 2012

Resiste, tenemos la mente atrofiada.

¿Sabes lo que pasaba en Pokemon cuando uno estaba confuso? Se hería a sí mismo. Aquí, en la vida real, es igual. Tienes que pararte a pensar y a reflexionar para poder así decidir lo que creas que es más acertado. Vamos a ciegas y nunca sabemos dónde estará el camino perfecto para no equivocarnos. Pero así es la realidad y así evolucionamos, un error enseña más que un acierto y las cicatrices están llenas de recuerdos.
Un hombre demasiado responsable se ahoga con su rutina repleta de monotomía y seguridad, una mujer miedosa obstaculiza sus propios deseos. Alrededor nuestro hablan tanto de lo que es o no es correcto, ¿y quién tendrá la razón en todo esto? No lo sé.
La ciencia es un claro ejemplo, durante siglos van descubriendo nuevas leyes y conocimientos hasta que un día lo imposible se vuelve en posible y cambia al mundo entero. Pasamos de ser un planeta cuadrado a uno redondo. De ser el centro del universo y que todo gire a nuestro alrededor a ser unas completas hormigas en él y en su movimiento. Y mañana seguramente habrá algo increíble que volverá a ponerlo todo patas arriba.
Es ley de vida, y la verdad aquí es relativa porque hay millones de individuos. Seamos sinceros y asumamos que no somos perfectos, que podemos equivocarnos y no seremos un monstruo por eso, sino un seres humanos. Perseguimos metas y sueños. Defendemos ideologías e ideales. No miramos a los ojos y nos creemos superiores. Creemos que nuestro fin es la felicidad, cuando solo tenemos uno: morir.

Deberíamos replanteárnoslo todo y tener una mente abierta, el cambio de mentalidad no es hipocresía si tiene base y fundamentos. Nunca se podrá estar de acuerdo al cien por cien con el resto, pero pese a ello tenemos que tener respeto. Tú eres una persona con tus convicciones como ellos.