Soy de esas que prefieren dejar el pasado donde está: atrás.
Recordarlo de vez en cuando, observar los cambios, dejarme zambullir en los
dulces recuerdos y sobre todo aprender de los malos. Eso sí, nunca, por nada
del mundo, intentar de nuevo vivir en él porque “era mejor”. Así que me jode
muchísimo cuando los fantasmas que dejé en un ayer intentar continuar en mi
presente sin ouija de por medio.
En serio, qué manía más mala, nada peor que un acoso
gratuito. Me intentas hacer formas parte de algo a lo que ya no pertenezco en
absoluto. Necesitas continuar con tu vida, llenarte de ella y dejar la mía en
paz, de verdad.
Y lo peor, solo se me ocurren remedios para espantar a
vampiros, no a fantasmas, Google, querido, ven a mí.
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