lunes, 28 de junio de 2010

Mente Enferma...

Hoy he ido a nuestro lugar, ese sitio que antes hacía que me llenara de sueños e ilusiones, ahora solo me provoca tristeza…
Quitaron las plantas de colores que tanto me gustaban de las escaleras ¿sabes?, y arreglaron la tubería, ya no sale más agua, ahora todo está seco. Y lo que yo escribí se esta borrando, mala suerte supongo, mejor así, ¿no?
Lo que tu escribiste sigue estando y en buen estado, el corazón de la “i” que pusiste sigue igual de adorable, incluso sigue lo que pusiste en la planta…
Obviamente me puse a recordarte, me senté en mi lado, y el tuyo… estaba vacío.... Recordé las pocas veces que hemos estado allí sentadas, pocas repito, pero cada una, inolvidable por algo.
La primera vez, por molestarte como siempre y hacerte correr detrás de mí, descubrimos nuestro lugar, un paraíso de paz privado, ¿eh?
Aquella vez en febrero, donde hablamos y hablamos sin parar, que empezó mi mala costumbre de decirte mucho y empezó tu mala costumbre de hacerme demasiado feliz. La más perfecta de todas, en abril, cuando me puse tan nerviosa que temblaban las manos una pasada y más tarde, me dijiste dos palabras que siguen en mi memoria, y seguirán, seguirán hasta el fin de mis días.
Después recordé muchos momentos a tu lado que se grabaron en mí, cada cosa especial junto a ti, que raro...
Cada vez que me despedías en la estación, con esa sonrisa, esas caritas que me ponías, que te leía los labios… Ese primer ensayo al que me acompañaste y logré alegrarte no sé cómo y te hice llorar de ¿alegría? Nunca te lo pregunté, fallo.
Un esplendoroso nueve de mayo, una tarde entera más hablando, tan perfecta como siempre, conseguí lo que una vez me propuse... Los primeros mensajes al móvil al irme de tu lado, o cuando te empecé a mandar mensajes en sí, que no podía escribir con el ratón, ahí comenzaron mis famosas estupideces contigo.... Cuando te abracé fuerte y te derrumbaste... Los muchísimos comentarios, y los mensajes privados… que quiero borrar, para no volverlos a leer… otra vez…
Y el final de una tarde en San Telmo, escondidas de todos, poniéndote la piel de gallina…

Te dije que cuando esto acabara iría a cierto sitio a llorar, resulta irónico, todo, absolutamente todo de lo que te avisé se cumplió.
Desde el principio, hasta el fin…
Te dije que no me quisieras… Te dije que huiría, que siempre lo hago, te dije que no me dieras una segunda oportunidad si me iba, que sería peor, te dije que me haría importante, te dije que te haría daño, te dije que no era buena para ti. Y aún sabiendo todo eso, no me pude alejar cuando fue necesario, y por ello duele ahora esto más que otra cosa.

Sé que no estoy en una posición muy buena como para que me escuches, pero eres una completa idiota si no has aprendido nada en casi un año a mi lado, ¿sabes? Si dices que no volverás a confiar en nadie. Deberías haber aprendido algo, yo al menos lo he hecho. Y no te puedo borrar de mi vida, lo tengo claro y tampoco quiero, si hice todas esas cosas es para no dar pena como la ultima vez, para no estar pendiente de ti, y que tú no te rayaras con mis palabras de nuevo. Por eso solo me he quedado con esto… y date cuenta, me duele muchísimo, he borrado todos mis recuerdos... por ti. Sabes como me importaban esas cosas, sabes que las he mantenido durante años, y las he cerrado, que todavía ni yo me lo creo...
Y, por cierto, también te dije que haría todo esto. Tanto tú como yo teníamos la esperanza de que no lo llevara a cabo, pero no se puede cariño.

Y sí, si que me duele, no sabes cuanto. Al menos el nudo en la garganta permanente ya no me acompaña. Solo me queda la esperanza de que con el tiempo, como con todo, deje de sentir el dolor, la necesidad de hablarte, de verte, de escuchar tu voz, de ver tu sonrisa. Que la manía de recordarte hora sí, hora también, se acabe pronto. Que mis ganas de abrazarte y no soltarte se desvanezcan, al menos un día. Sé que poco a poco, o al menos eso es lo que me hace creer la esperanza, llegará el día, que no me persigas, ni en mi mente, ni en mi corazón…
Y a ti no te duele perderme cariño, te da rabia que otra persona se escape de tu lado como siempre y ya está, es rabia nada más, no es por mí. Y de verdad, espero que no me des otra oportunidad, y si me la das, que sea dentro de años y no al mes, y lo digo muy en serio, porque sé que soy capaz de hacerte que me la des, como todas las veces anteriores, y sé que soy capaz de volver a estar en este mismo punto y volver a hacer lo mismo y no quiero dañarte más. Aunque lo irónico es que me muero de ganas de volver a estar hablando contigo, de pasar una tarde juntas, tan incomprensible como siempre, nunca me entenderás… Ni yo lo hago ya, la verdad…

Siento haberte mareado tanto y el hacerte daño, y sobretodo, siento haberte defraudado (defraudar es un bonito sinónimo de decepcionar, lástima que signifiquen lo mismo). Y si nos vemos, porque por narices tenemos que coincidir, no reveles que te sientes incómoda conmigo cerca. Sé indiferente a mi presencia, diviértete, pásatelo bien, pasa de mí. Disfruta, no te hagas más pequeña, no te quedes callada, haz como si yo no estuviera, por favor. Y evita mi mirada, por lo que más quieras…

Gracias por aguantar tanto, por darme tantos buenos momentos, por hacer esos días a tú lado únicos y mágicos. Gracias por cada sonrisa, por cada lágrima. Por enseñarme tantas diferencias, por hacerme ver como me puedo dedicar a una persona, y como puedo dañarla de un modo estúpido. Por ayudarme a darme cuenta de que soy una niña caprichosa, cuando toda mi vida he sido humilde y no he pedido más de lo que tengo. Gracias a ti he conocido caras mías que nunca había visto, y que me aterran tanto como me controlan. Gracias a ti me he dado cuenta de un millón de cosas, me he puesto a observar más el comportamiento humano de lo que ya hacía y mi capacidad para leer en las personas ha mejorado.
"¿Que sería de mi sin una Sara a mi lado? ¿Sin nuestros cuentos? ¿Sin nuestras risas, las canciones, o los piques? Cada cosa que hemos vivido juntas ha hecho de esto algo increíblemente especial, algo de recordar hoy mañana y para siempre perdurará eternamente."
Tenías razón, pero no puedes evitar que me haya ido, ni yo habría podido evitar que tu te fueras. Aunque no te hubieras ido nunca, porqe eres la persona más fiel que he conocido. ¿Sabes otra cosa? He borrado todas las canciones que me recordaban a ti, a mí. Antes no tenía hueco para poner más canciones y ahora tengo de sobra, me hace gracia...

Te juro por mi hermano, la virgen María, y mi abuela en paz descanse, pequeña, que lo siento.
Y ya está, se acabó estar quieta en el sendero, toca volver a caminar, aunque ahora más bien me echaré a correr, y pese que atrás tengo el motivo más grande que haya tenido en toda mi vida, no voy a volver…


~


Absténganse de preguntar en comentarios, o intentar hablar sobre esto, es un maldito desahogo que tenía que hacer, ya está, nada más, fin.

3 comentarios:

  1. No voy a preguntar, sabes que me duele verte así, pero si no quieres hablar, tus motivos tienes, los cuales, los respeto.
    Se nota claramente el aprecio que sentías hacia esa persona, es precioso lo que has escrito, a la par que doloroso, aunque siempre es perfecto tener a alguien cerca que te quiera de tal manera.

    Sabes que te quiero y que estaré aquí para todo, incluso si esto no te ha terminado de desahogar, o sí, da igual, siempre estaré aquí para hablar, bromear, distraerte o simplemente, darte mimos para despejarte un poco. Ánimo, señorita (L)

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  2. El mundo gira y se transforma, con él, también lo hace las personas que te rodean, y a su vez también van cambiando emociones, sentimientos y pensamientos resguardados en tu interior. Es ley de vida: cambiar, sufrir y volver a ser feliz gracias a dicho cambio. Todo está conectado en el pequeño universo de tu suerte. Una tranformación dolorosa desencadenará con el tiempo otro motivo para ser feliz.
    Como leí una vez: "En el desorden, encuentra simplicidad; en la discordia, encuentra armonía; en medio de la dificultad yace la oportunidad."

    Es hora de fortalecerse, de conocerse aún mejor y enriquecerse... no de optar por la autocompasión. Que el error logre ser una lección.

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  3. Después de leer con detenimiento cada párrafo, cada frase, cada palabra, cada punto.. sólo podría decirte que yo he pasado por una situación parecida; pero no lo voy a hacer. Por mucho que se intente entender esta clase de dolor, no se puede si no se es el protagonista de éste.

    Sólo podría repetirme y añadir mi apoyo a las anteriores que te han comentado: "es precioso lo que has escrito, a la par que doloroso, aunque siempre es perfecto tener a alguien cerca que te quiera de tal manera." ; "El mundo gira y se transforma, con él, también lo hacen las personas que te rodean, y a su vez también van cambiando emociones, sentimientos y pensamientos resguardados en tu interior".

    De sobra sabes dónde estoy y que tenemos una quedada pendiente con una súuuper conversación pendiente. Tenemos tiempo de explicar todo si así quisiéramos; lo sabes. Todo el tiempo del mundo =).

    Te quieeero muucho emosita (L)

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